El mundo digital
En los últimos años, la fotografía de boda en España ha evolucionado favorablemente hacia un estilo más moderno. Un estilo que se aleja de aquellos clasismos de los años noventa, que muy pocos lograban resolver para obtener resultados diferentes a los que venían trabajando como fotógrafos con anterioridad.
La fotografía digital fue el primer paso hacia este estilo natural y espontáneo. El nacimiento de las primeras cámaras réflex digitales dio como resultado una forma de trabajar mas pendiente del momento y menos técnico o limitado, como resultaba ser la fotografía química.
A lo largo de la década de los 2000, la popularidad de estas cámaras se fue incrementando y muchos fotógrafos de boda nacieron fruto de esta afición fotográfica. La fotografía digital permitió realizar un sinfín de fotografías sin preocuparse de los costes de revelado químico. Esto supuso un antes y un después, ya que la constante práctica del fotógrafo que se iniciaba pronto vería resultados.
Fotógrafos jóvenes
Un público joven, renovado, con una tecnología maravillosa en la palma de sus manos probablemente fue la generación que comenzara la revolución en la fotografía de boda.
Hablamos de una generación de jóvenes con pasión por la fotografía y especialmente en la fotografía artística, encontró en la fotografía de boda un hueco y una manera diferente de hacer fotografías a parejas dispuestas.
Estas parejas también forman parte de otra generación, lo que hace que esta comunicación entre parejas jóvenes y fotógrafos igualmente jóvenes sea mas que fluida. La conexión que pueden tener en la forma de entender el mundo personas de la misma generación dista y mucho de aquellos fotógrafos con tantos años de experiencia.
Estos fotógrafos afincados en otros estilos mas desactualizados vieron sus locales de fotografía en riesgo por la importante demanda de las nuevas generaciones. Sin embargo, lo que pareció ser una moda, pronto se convirtió en la forma mas habitual hoy en día de inmortalizar los momentos de una boda.
La naturalidad
No es extraño encontrar palabras como “naturalidad”, “sin posados”, entre los discursos de los fotógrafos actuales, pues estos términos ya acuñados poco a poco se han ido normalizando y, actualmente podemos encontrar mas fotógrafos que abanderan esta terminología, que aquellos desactualizados que tuvieron que reinventarse.
La tecnología siguió avanzando durante la década de 2010, cuando la popularidad de las cámaras “full frame” se dejaba ver cada vez en más bodas. Algunos años mas tarde ya era extraño no ver una de estas cámaras entre los fotógrafos que se autodenominaban fotoperiodistas.
El término fotoperiodista asociado a una boda tal vez resultara extraño por aquel entonces, pero lo cierto es que la fotografía documental había existido tal vez desde los inicios de la propia fotografía. La idea del fotógrafo documental no era otra que retratar todos esos momentos de la manera mas fiel a la realidad como fuera posible.
Se entendía que una pareja no sabía posar delante de la cámara como lo harían unos modelos profesionales, y las poses y fotografías de casados que se venían haciendo eran de lo más forzado y antinatural.
Se fue implementando esta metodología de trabajo entre los fotógrafos de boda, uniendo conceptos de la fotografía documental para así obtener los resultados que hoy día podemos ver en muchos porfolios de fotógrafos reconocidos.
Imágenes llenas de vida, de naturalidad, de miradas, momentos llenos de emoción. Todo lo que se puede vivir en una boda recogido en cientos de imágenes. Ya no había límite, las tarjetas de memoria guardando archivos digitales sin llevar la cuenta de ellas.
Podemos preguntar a fotógrafos de boda de hoy y preguntar cuántas fotos se realizan en una boda de media. No es extraño escuchar cifras como 4000 o incluso 5000 imágenes de un solo día. Parecen cifras de locos cuando echamos la vista atrás, ni tan siquiera 20 años, para averiguar lo limitadas que eran las herramientas del fotógrafo de aquel entonces.
Con carretes excesivamente caros y un número muy reducido de fotos, capturar tantos momentos se hacía una tarea imposible.
A pesar de eso, resulta irónico encontrarse a menudo con ese estilo tan moderno que se vuelve retro, intentando imitar aquellos carretes y revelados de antaño. Se produce entonces una conexión muy curiosa donde se unen los beneficios de la tecnología actual con el estilo y procesado de las imágenes que se hacía antes.
Incluso podemos ver algunos fotógrafos que llevan este estilo un poco mas allá, usando cámaras analógicas en bodas, en contraposición de lo que cabía esperar de un fotógrafo actual, que se apoya en la tecnología moderna para obtener los momentos irrepetibles.
La evolución constante, los estilos, el sentimiento artístico y la diversidad entre todos los fotógrafos de boda que existen, hacen casi imposible prever el futuro de este sector tan particular.
Lo que es seguro es que las parejas ahora tienen un abanico de posibilidades a la hora de elegir cómo serán las fotos de su boda, y tendrán sin duda unos recuerdos maravillosos gracias a la profesionalidad y buen hacer de tantos y tan buenos fotógrafos que se nutren de tantas fuentes de inspiración.