Ocurren demasiadas cosas cuando hago fotos en una Boda en Cartagena. Es un día mágico, lleno de emociones, de sorpresas, de ilusión. Comienzan los preparativos de la boda. Las prisas, los nervios, el peinado que no termina en la peluquería y que se acerca la hora y aun no estoy vestida. ¡No pasa nada, la boda no empieza hasta que aparece la novia! El vestido de novia de Olga convertía su sonrisa en la más brillante protagonista. Era un día soleado de la bonita ciudad de Cartagena. Andrés mantiene sus nervios y espera a la novia impaciente para dar el sí quiero.
Cuando recibi su llamada para pedirme el presupuesto de las fotos de su boda noté la inquietud. Las tantas cosas que hay que pensar para que todo salga perfecto el día de la boda. Hago fotos de tal manera que pueda pasar desapercibido. Es muy importante que los novios se sientan felices y cómodos en su boda. Así que lo mejor que un fotografo de bodas puede hacer es retratar sin que ellos se den cuenta. Es como contar una historia, la historia del día de vuestra boda. Esa boda que tanto tiempo y esfuerzo habeis dedicado para convertirlo en el día más bonito de vuestras vidas.
La boda se celebró en Torre Antoñita. Disfrutaron de un coctel antes de pasear entre las mesas y entre todos los invitados para continuar la celebración de la boda. Disfrutaron de su familia, de sus amigos, de las sorpresas y los detalles. Un ramo de novia, una sonrisa tras otra, un atardecer, un baile, dos, tres, musica, fiesta, y todos esos momentos guardados en las fotos de tu boda, la boda que habías soñado.
¿Os ha parecido una bonita Boda en Cartagena?
¡Es en estas bodas donde se desprenden tantas sonrisas por segundo que contagian al fotografo!